sábado, 15 de mayo de 2010

tic tac


Espérame en tu parada de tren. Espérame con el humo de mi cigarro entre los dedos y el suave olor a melancolía en la memoria, como una melodía saliendo de mis labios, como el tacto de tu pelo…y recuerda las tardes en las que todo era perfecto o quizás insuficiente. Y sobretodo espérame, a la salida de la desesperación, espérame pero escapa, corre, vuela y sal por la tangente de mi curva, que yo seguiré tejiendo esta tela de araña con la que ayer engatusaba a los lobos nocturnos que a las 12 se convertían en hombres.

Que cuando todo esto haya pasado solo recordarás las noches en los tejados y las constelaciones que aprendimos a dibujar entre un relato dispar y un poco de somnolencia…

Prepárate que esto solo acaba de empezar. No pares de correr, y cuando me veas frente a ti, grita. Pero sobretodo espera, espera a que tarde o temprano volvamos a cualquier andén, espera a que algún día me eches de menos, y sin saber porqué, necesites un arrebato de felicidad, una sonrisa sin sentido, una mueca de histrionismo incalculable, desconcertante, caótico. SIN SENTIDO.

Pero espérame, espera a que un día te espere. Espera mientras vives, mientras amas, mientras ríes, mientras callas. Espera a que pase la tormenta, a que el mundo estalle en mil pedazos y como una niña reconstruya los diez mil trocitos mientras aprendemos que el amor nunca fue suficiente, que los príncipes fueron verdes, y que los cuentos nunca terminaban tan bien como quisieron contarnos…

Espera, sin esperanzas ni planes, a que un día cualquiera te cruces con mi mirada por la calle, y descubras que no soy yo, que es un reflejo de lo que ayer parecía. Espera hasta que te des cuenta que no, que esta vez yo no soy, que has esperado tanto que me encuentras en cada esquina, en cada sonrisa ajena, en el amor desorientado de los bares de carretera. Espera hasta que te des cuenta que has esperado demasiado. Espera. Desespera. Vuélveme a esperar, y cuando me veas pasar a tres millones de años luz roza mi mano, como si el tiempo no hubiéramos estado media vida tirando piedras al cielo, como si ahora no se nos cayera encima. Como si no desesperara contigo cada vez que polvoriento, le das tu amor a otras mientras buscas dejar de esperarme, mientras corres tan deprisa que no te das cuenta que voy tras de ti, que sigo pintando fotos ajenas, que sigo escondiéndome cuando tengo miedo, que sigo sola en mi castillo de plexiglás. Que el sol incandescente de este efecto invernadero lo está arrasando todo, que los cuervos se comieron los ojos de los que ayer creí que eran tú mientras seguía buscando una cajita de música para dejar de esperar, para encontrar algo que apagara este fluorescente viaje al centro de mi propia teoría del caos.

Espérame, que algún día arreglaré la estúpida máquina del tiempo que dejé de lado cuando no me hacía falta esperar…

Pero sobre todo espérame, porque aunque cuando te vea en mi andén eches a correr, sabré que me habías esperado.







1 comentario:

  1. Provoque el desastre de buscarte en cualquier parte...
    Por-no hacerlo peor...

    yo te sperare siempre mary!!! con un tercio en una mano y una entra de nuestros conciertos en otra jejeje

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