martes, 23 de marzo de 2010

alternativas al desastre

Elegimos la relación que queremos con nuestros amigos; elegimos si queremos dormir o salir el día de San Patricio; elegimos una carrera, elegimos si irnos a Darmstadt, a Barcelona o quedarnos en Ciudad Real; elegimos si queremos hundirnos un poco más o si preferimos romper y salir a la superficie…

Elegimos el negro o el verde como nuestro color favorito; elegimos cara o cruz; elegimos si mirarnos en los espejos o mirar al frente; elegimos una casa, un ambiente; si fumar o no; elegimos si queremos tener un buen o un mal día; elegimos si queremos sonreír cuando todo nos agobia; elegimos entre cerveza o ron; una compañía telefónica; elegimos ponernos un caparazón o mostrar nuestros sentimientos; elegimos si comprar o no ese billete de tren; elegimos entre mandarle un mensaje a esa persona o no hacerlo; elegimos saltar, reír o llorar en cada instante, ¿prosa o verso?

Elegimos hacer o no una fiesta sorpresa; elegimos hacer felices a los de nuestro alrededor; elegimos regalar abrazos o besos; mostrar nuestra mejor cara; no elegimos victorias o derrotas en las batallas que jugamos, pero sí elegimos entre guerra o paz; elegimos soñar o vivir despiertos; elegimos dónde ir, qué pensar y qué decir en cada momento; elegimos olvidar el pasado o vivir anclados a un ayer que no volverá; elegimos el modo de hablar a nuestros amigos, y sobretodo el modo de hacerlo a nuestros enemigos; elegimos un disfraz de carnaval; elegimos seguir despiertos 36 horas; cola cao o café; elegimos bosque o ciudad; elegimos como vivir nuestra vida; elegimos un libro u otro, CD o vinilo, guitarra o piano…¿camino largo o corto?

Elegimos relaciones constructivas o destructivas; elegimos el color de nuestro pintalabios; elegimos intentarlo o pensar cómo hubiera sido; elegimos izquierda, derecha o centro; elegimos oír o escuchar, ver o mirar, entender o comprender; elegimos arriesgar o quedarnos quietos; elegimos hablar o guardar silencio, ayudar o ser indiferente; elegimos aprender en bici cuando somos pequeños; elegimos playa o montaña; boli negro o azul; elegimos nuestra canción favorita; pares o nones; elegimos si queremos despedirnos o evitar un mal trago; no elegimos ganar o perder, pero sí si nos queremos arriesgar.

Elegimos autobús o avión, grandes discotecas o garitos, luz u oscuridad; ¿diecinueve días o quinientas noches?; elegimos personas a nuestro lado o solo gente; elegimos el desayuno, amistad o amor, cielo o infierno, frío o calor; elegimos actuar o solo pensar; no elegimos nuestro rostro pero sí el que queremos mostrar al mundo; elegimos manifestarnos o conformarnos, llevar las riendas o esperar, ser prisionero o libres; elegimos tréboles de tres o cuatro hojas; elegimos lo normal o lo diferente; elegimos rosas o margaritas, efímero o eterno, caminar arrastrando los pies o brincar; no elegimos el color de nuestros ojos, pero si el de modo de expresarnos con ellos; elegimos correr o pasear; elegimos decir te quiero o pensar qué hubiera pasado de hacerlo; elegimos quienes nos acompañaran en nuestro camino, escondernos o enfrentarnos; elegimos leer o escribir, mojarnos o quedarnos en la orilla, saber la verdad o ser feliz en la ingenuidad; elegimos zapatos; elegimos una habitación vacía o llena de fotos; no elegimos este mundo pero sí como queremos que sea; elegimos dar besos o robarlos; tierra, mar o aire; cabeza o corazón; elegimos ser locos o cuerdos, vivir o no al límite; elegimos gritar o contar hasta diez; elegimos mentir o no; intentarlo, quedarnos quietos, bailar como si nadie nos viera…







2 comentarios:

  1. Elejimos leer o no, yo elijo lo primero...
    una vez mas, me ha vuelto a encantar!!

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  2. ¿Comentar o no comentar?
    La respuesta para mí es comentar... Llevo un tiempo queriendo hacerlo, pero nunca me he animado del todo. Creo que porque ante tal facilidad de palabra, lo mío llega a niveles que me provocan más resignación que otra cosa. Nunca seré capaz de tener tanta originalidad por más que me empeñé... eso sí, no desisto de obtenerla por distintas fuentes de inspiración.
    Cada cierto tiempo, me meto a tu blog, siempre con la seguridad de encontrarme con escritos que me lleguen y con los que sentirme identificada. Aunque esto último no siempre es alcanzable por aquello de la diversidad de pensamientos y concepciones humana... sí que puedo llegar a comprender que es lo que tú sientes... Eso es algo que, a mi parecer, es la meta de todo escritor, ya sea profesional o de cualquier otra altura.
    Lo primero (llenarme con tus palabras) sí que lo suelo conseguir... Lo conseguí, lo consigo y lo conseguiré mientras que maravillas de entradas como esta sigan componiéndose.
    Enhorabuena por ello. Sigue haciéndolo y no descanses en tu empeño de conseguir traspasar el cuerpo físico de la gente que lo lee, porque sin lugar a dudas, es algo que lo tienes más que superado, al menos en mi caso.
    Un saludo desde tierras herencianas.

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