sábado, 2 de mayo de 2009

Crisis

Después de una tarde soporífera estudiando cosas que me interesan más bien poco para aprobar exámenes que me tocan las narices, decido perderme un rato bloggeando por el infinito universo de internet. Casi por casualidad me encuentro con este texto de un tal Albert Einstein, en el que da su particular visión sobre los periodos de crisis. Es interesante leerlo, ya que después del bombardeo de información apocalíptica sobre este que nos toca vivir, merece la pena que salgan a relucir otros puntos de vista que dejen atrás el pánico y se pongan manos a la obra en busca de soluciones. Me gusta esa manera de concebir la crisis como un periodo de oportunidades, donde se dé rienda suelta a la creatividad y se dejen de lado planteamientos que se han visto erróneos. Donde cada uno debe de dar lo mejor de sí mismo, sin dejarse llevar por el miedo, para superarla y resurgir con más fuerza. Creo que muchos directores de telediarios y muchos políticos deberían reflexionar sobre estas ideas, y dejar de desviar el tema con noticias y actuaciones que la aumentan en vez de repelerla. Un poquito más de sentido común.


Es un consuelo y todo un subidón de moral que esto lo firme un gran científico. A lo mejor no atrofia la mente tanto como yo creo esto de estudiar física...

Aquí os dejo el texto:


“ No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis donde nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ’superado’.


Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”



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