jueves, 10 de marzo de 2011

mariposas


Qué era la vida. Eso me preguntaba yo, mientras hundía mis ojos en sus ojos, que eran de whisky. Qué era la vida, pensaba, mientras veía mi juventud y adolescencia pasar en fotos en blanco y negro, en flashes absurdos y luces de neón, como una película sin final, esa que nunca llegué a comenzar.

Qué era la vida, y mientras me lo preguntaba, pensaba en que fui ayer, en que busco, mientras me ahogo, aun, en vasos medio vacios. La vida era…y ahora no es. La vida fue, y al final, se fue, salió como los cobardes, por la puerta de atrás. Al final se fue, una noche en la que todo fue pesadilla y desesperación.

La vida lo era todo, en aquel preciso momento, y ahora que solo quedaban suburbios abandonados, balcones en llamas y gritos en la noche, ahora me daba cuenta de que la vida pasa, y como en toda actuación, al rojo, rojo telón, le toca decir adiós.

Y al final me despedí, sí, de la vida, de lo que fue, de lo que puede que nunca será, mientras intentamos reconocer constelaciones con los ojos vendados. Al final descubrí que  la vida se gana, se pierde, pero al fin y al cabo, siempre se vive.

Qué era la vida. Eso me preguntaba yo, mientras una mariposa susurraba a mi oído que quizás, aquella pregunta, era vida.

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