lunes, 1 de febrero de 2010

renglones torcidos


Temo los besos que no damos porque son los que llenan nuestras noches. Temo los abrazos vacíos porque se nos escurren entre los dedos, temo el humo del cigarro que no fumamos juntos.
Temo volver a mirarte a los ojos y conocer la verdad.
Temo salir a no buscarte y encontrarte en cada esquina, en la mirada de los viejos que sentados en bancos ven la vida pasar, en la mirada de los niños que tiran piedras a los tejados.
Temo beber un café y oler tu cuello en al final de mi taza.
Temo desearte tanto que tenga miedo, temo vivir sola y necesitarte.
Temo a mis fantasmas, temo a mi pasado como jamás podré temer nada.
Temo la oscuridad. Temo pensar qué puede haber bajo mi cama.
Temo a la gente que me habla y no me mira a los ojos.
Temo a aquellos que tienen poder.
Temo al futuro que parece escribir sus versos en renglones torcidos.
Temo soñar por si en el intento vuelvo a cualquier pasado peor.
Temo esperarte horas en el andén y que al final sea tu sombra la que me abrace desconsolada.
Temo olvidarte demasiado y que algún día me sienta tan vacía como las noches que dejaste a oscuras.
Temo no encontrar Nunca Jamás.
Temo las alturas.
Temo los finales, por si son infelices.
Temo las ilusiones truncadas, los fracasos irremediables, las horas perdidas.
Temo la pobreza, el abandono, la inanición. Temo la soledad.
Temo las huellas de pasos olvidadas en una playa. Temo que esas pisadas sean tuyas.
Temo volver a encontrarme conmigo misma cuando mire hacia tu espejo.
Temo tanto hablar que ya no sé hacer otra cosa que escribir.
Temo que me olviden, me castiguen. Temo que no haya una canción de amor para mí.
Temo las calles oscuras y las carreteras abandonadas. Temo esperar horas…y que jamás vuelvas mi esquina.
Temo tu verde.
Temo las noches desesperadas.
Temo los amaneceres locos.
Temo los vasos vacios, las horas que perdimos intentando cambiar el mundo en la barra de un bar.
Temo que me juzguen y me condenen. Temo los pasillos de velas. Temo los recuerdos pintados de estrellas.
Temo los tejados.
Temo las habitaciones que parecen deshabitadas. Temo los corazones que vagan tristes por las aceras buscando un poco de consuelo.
Temo los horizontes sin sol, los largos recorridos sin luna.
Temo sentirme sola.
Temo que me abandonen, temo que al sentarme en una esquina a llorar nadie repare en mi presencia.
Temo las casas en ruinas, los desahucios. Temo volver oír las ratas roer la pared.
Temo cerrar los ojos y que todo sean pesadillas.
Temo tantas cosas que me temo a mí misma.
Sí, creo que temo la soledad que necesito.
Temo buscarte…y encontrarte.
Temo. Temo. Temo. Teamo.

2 comentarios:

  1. Ya va siendo hora de que actualices no Hugo?

    ResponderEliminar
  2. Siii, esque he estado en paris, acabo de llegar... pero bueno mientras este la gran mariangeles.... ademas mis fotos estan prensentes :P

    ResponderEliminar