sábado, 21 de noviembre de 2009

pesadilla


Todo fue oscuridad, tras levantar la mirada solo vi un abismo ante mí. Quise rodearme de gente, gente que me aportara vitalidad, que me hiciera creer en el karma, en un universo infinito. Creí en mis amigos, en una sociedad comprometida, en un mundo equilibrado.


Quise rodearme de gente y ahora me encuentro perdida en una sima. Barro y suciedad. Gente sin alma. Solo quería cambiar el mundo…solo quería poner un poco de color y me hallo en el más absoluto ostracismo, condenada a vivir de noche y morir de día...miré mis manos, las que ayer me daban el pan para comer, pero con la fría niebla de este julio no las supe distinguir.


Y solo vi terror, miedo en los ojos de los niños, solo vi censura, apatía y adulación. ¿Y las buenas personas? Me preguntó una voz que pensé seria mi conciencia (o la parte que quedaba de ella), las buenas personas se hundieron en el barro, en la miseria, se ahogaron en las aguas de un mundo en el que no quedaba sitio para ser feliz y esperar buenos actos de los demás. Las buenas personas se cansaron de esperar, de intentar, de esforzarse, de buscar…porque se empeñaban en encontrar la raza humana y solo vieron gente. Gente sin alma, sin aliento, gente sin sueños ni ideales, gente alienada, que se quedaba con los hechos y no con las razones. Gente que pretendía comprarlo todo con dinero…y eso no era lo peor…lo peor es que PODIAN hacerlo. Asique las buenas personas prefirieron el frio barro a la mezquindad de un universo deshabitado, decidieron que la separación no había sido una buena idea, asique mezclaron los dos elementos y formaron un nuevo hábitat para vivir.


Solo intentaba sobrevivir, encontrar la chispa que hiciera nacer todo de nuevo. Solo buscaba mi pequeño big bang en medio del caos…y ahora me veo hundida hasta las rodillas, con el frio en los huesos y el ensordecedor ruido de ahí fuera taladrándome el cerebro. Ya no puedo ver con claridad, lo que ayer creía mi cuerpo sucumbe ante el potente foco de luz que intenta jugar a ser el sol. No puedo respirar, mi conciencia muere poco a poco, y lo peor de todo es que soy consecuente de ello…puede que ni el jodido barro nos devuelva las ganas de vivir.


Puede ser que no me queden madrugadas, puede ser que de tanto luchar mis músculos me estén fallando, puede ser que este desagradable olor sea origen de mi subconsciente, y mañana me levante de esta pesadilla…puede ser que no tenga ojos, que los perdiera tras la última sonrisa que vi en un niño, esa que recuerdo cada noche antes de ir a dormir, esa que es mi tesoro, esa que para muchos tiene un precio…puede ser que mis labios no vuelvan a besar, puede ser que ni yo vuelva a sonreír, o lo que es peor, puede ser que mi risa sea forzada o motivada por la ironía, la tiranía o la ira…puede ser que solo sea una pesadilla.
Así que no esperes nada de nadie, no busques, no luches, no grites, ni te vuelvas loco de amor. Porque nadie te salvará mañana, nadie te escuchará llorar por las noches, nadie te abrazará a las tres de la mañana cuando no puedas dormir, cuando el desamparo te asfixie; nadie se subirá contigo a los tejados. Solo espera despertar, porque quizás en el subsuelo siga habiendo barro, y una mínima gota de esperanza, quizás en el fondo podamos encontrar esa mueca de alegría que nos devuelva a la vida. Ignorante, ayer lo intentaste, y mira donde has acabado.


Pobre de mí, me creía desgraciada por estar ligada a las imperturbables máquinas que no aportarían nunca nada, por estar condenada a llevar guantes de látex para escapar del frio industrial…sin conocer que el frio de la humanidad era mucho más doloroso, el frío de la humanidad, que me helaría el corazón.


2 comentarios:

  1. Una vez, cuando tenía veinte años, fui a ver a Jesús Fernandez Santos a su casa para invitarlo a ser jurado de un concurso de cuentos que habíamos organizado. Tendría entonces unos 55 años aunque ya estaba enfermo y parecía mucho mayor. Recuerdo que nos contó que los jóvenes siempre eran demasiado melancólicos y tremendistas y que ellos (Ferlosio, Martin Gaite, Garcia Hortelano…), cuando lo eran, bebieron demasiado porque los escritores atormentados gozaban de demasiado prestigio. Ahora se daba cuenta que la vida pasaba demasiado deprisa y echaba de menos un cuerpo que le permitiera disfrutarla.

    Quizá habría que revelarse porque la sensibilidad fuera irremediablemente ligada a cierta tendencia a la melancolía. Somos demasiado pequeños como para proponernos salvar el mundo o cambiar a las personas y los que lo han intentado no han tenido buenos resultados incluso cuando han creído conseguirlo. No puede decirse que estemos rodeados de gente sin alma más bien lo que ocurre es que, a cierta edad, todavía estamos buscando nuestro lugar en el mundo y un relato apacible sobre nosotros mismos. Todavía no hemos aprendido a comunicarnos, ni a amar, ni a que hay más una opción correcta o que el mundo es un mar proceloso en el que hay que aprender a navegar.

    A veces solo pasa que uno ha nacido en un sitio demasiado pequeño o que estudia en una ciudad a la que le faltan cosas y personas que uno podría necesitar. Pero quizá lo que hay que hacer es concentrarse en no perder la alegría y decidir dónde quiere uno vivir (Paris, Londres, Berlin, Lyon, Nueva York, Madrid o donde sea) y probarlo porque desde allí se vislumbrará otra perspectiva. Entonces en vez de atormentarse solo se trata de apostar por la tercera cultura y estudiar ingeniería y aprender inglés y francés y leer a Cortázar y a Karl Popper y a Neruda y a Darwin y conversar con amigos sabiendo que ahí está el centro del mundo, porque el presente es lo único que tenemos y es una estupidez impugnarlo.

    Y estar a veces triste sabiendo que es pasajero y que no siempre tiene que ver con nosotros mismos o a veces sí, con una manera excesivamente tremendista de interpretar lo que nos pasa. Porque la sabiduría, es sobre todo, aquella cualidad que permite tomar el sol sin pensar en mucho más. Un gato huidizo que solo nos persigue cuando lo ignoramos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Mª ängeles!
    todos tenemos momentos, dias, semanas e incluso años "malos", la mayoria de las personas deseamos cosas... a veces posibles y otras no tanto.
    Desgraciadamente y por naturaleza el ser humano, es normalmente inconformista!, pero yo veo bien, que si te apetece plasmar tus sentimientos en un texto y colgarlo en tu blog, ¡lo hagas! porque te aseguro que más de uno/a, en algún momento de nuestra vida, nos sentimos identidicados con algunas de tus palabras.
    Está claro que todos debemos luchar por conseguir aquellas cosas que nos pueden hacer un poquito más "feliz", pero... también esta claro, que no siempre se puede, desgraciadamente estamos muy limitados por muchos aspectos.
    si te sirve de algo, te voy a contar una cosa curiosa que me pasó hace años: cuando estube de profe en un pueblo de guadalajara, un día le pregunté a mis alumnos de 5º de Primaria (10 años)que... ¿que les gustaría ser de mayores?(típica pregunta infantíl) y ellos pues me fueron contestando tenia de todo, enfermeras, maestras, veterinarios, ¡asta un piloto! pero había una niña q no me contestó y le pregunté ¿Maria, y tu, que quieres ser? y ella me contestó: Seño, ¡lo que me dé la vida! yo me enfadé con ella, me preocupé, e incluso lo comenté con su madre y al final sabes qué??? que ella fue la q realmente me dió a mi una lección porq por mucho q te empeñes, siempre tienes que adaptarte realmente a LO Q TE DE LA VIDA!
    un besito.

    ResponderEliminar