y toda tu escalera

Oí la explosión, y luego vino el naufragio. Las noches ocultas en enredaderas, los amaneceres encerrada en la vergüenza de algo que nunca llegó a pasar. Siempre tuve la sensación de que tu sombra me perseguía mientras nadaba y nadaba…y al final nada.

Tuve que tender mis penas al sol de la desesperación, es lo que tiene caminar sobre la cuerda floja…y cuando levante la mirada te vi con los brazos abiertos, pero no hacia mí.

Asique cuanto más corría mas lejos estabas, porque por no importarte ni te importaban las miradas que dejábamos tras los espejos. Fue esa explosión la que me destruyó, y tras un caleidoscópico viaje recobré el aliento para levitar una noche azul mientras le hacías el amor a quién sabias que no era yo. Puede ser que las noches oscuras que me diste fueran para alguien distinto, puede ser que la atracción que nos unió hoy solo sea el escombro de tu casa en llamas.

Creo que era amor lo que se respiraba entre mis sabanas cuando tú te ibas…creo que era amor lo que había en tus ojos cuando desperté y te vi al lado, aunque estabas tan frío que no me atreví ni a tocarte...

Tras cualquier naufragio vuelven los fantasmas del ayer, las habitaciones vacías y los pasillos oscuros. Vuelven los abrazos rotos, vacios de contenido y sin aliento, desahuciados por su propia existencia. Tras cualquier naufragio vuelves tú, y me llevas de la mano al lugar donde te conocí, y vuelves a pintarme el mundo de los colores que quiero que sea, y vuelve el ayer, los parques vacios, las carreteras interminables y los escondites recónditos. Y vuelvo a soñar esas nubes que fueron mías, a mover tus hilos al son de una canción triste mientras jugamos a ser dios…
Y vuelvo a ser esa marioneta que no deja de bailar mientras tu dibujas un universo paralelo, solo para mí...y toda tu escalera.