martes, 12 de mayo de 2009

una décima de segundo


Podría pasarme las horas enteras mirando al techo, intentando sentir que sigues ahí, que lo que roza mi mano es tu piel y no el absurdo silencio en el que me encadeno cada madrugada. Podría pasarme las horas imaginando que no te has ido, que volverás, que el cielo no se nos cayó encima de tanto tirarle piedras, por mucho que rezáramos por lo que sabíamos sería inevitable…

Podría pasarme días, meses y quizás años soñando que una tarde soleada de marzo volverás con una sonrisa en el bolsillo y te encontraré con un abrazo en el umbral de la puerta.

Me hubiera encantado despedirme de ti.

Haberte mirado a los ojos, consciente de que no volvería a verlos más…quizás me hubiera fijado en cada mota de color, en cada recoveco de tu cara, en el agridulce sonido de tu voz…o quizás hubiéramos llorado juntos por todos los domingos por la tarde que no compartiremos.

Podría pasarme la vida entera buscándote, aun sabiendo que nunca te encontraré.

Podría levantarme de la cama.

Podría llevarte rosas o hacer ese tipo de cosas que hace el resto de la gente.

Podría quererte un poco más, pero es que no sé cómo.

Podría esperarte sentada en nuestro rincón, pero los recuerdos se anudan a mi espalda y me hacen caer una y otra vez.

Puede que ni siquiera encuentre fuerzas para ser feliz.

También podría salir corriendo cada vez que suena el timbre, esperando encontrarte tras la puerta como si nada hubiera pasado.

Podríamos volver a ese sitio, el de nuestro recreo…

Y tu olor…podría volver a dormirme con tu olor.

La verdad es que podría quererte un poco mas…pero no estás para enseñarme como hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario