domingo, 18 de octubre de 2009

In Memorian...

Quizás no fuera el comentarista mas refinado, ni el que más sabia, ni el mejor vestido. Algunos podrán decir que se hacia pesado, que era un tanto rudo, que caía demasiado en el chascarrillo fácil. Yo, sin embargo, pienso que el futbol no era su deporte. Su estilo no casaba con los largos parones de actividad que se producen en muchos momentos de los partidos. Él necesitaba acción. Él necesitaba ritmo. Él necesitaba baloncesto. Para mí nunca debió dejar Canal +. Ni la horas intempestivas. Ni la NBA. Nunca debió romper la formidable pareja que hacía con Antoni Daimiel.

Siempre lo tendré presente como la voz de gran parte de las madrugadas de mi juventud. Recuerdo con felicidad aquellos días en los que mi hermano y yo nos poníamos el despertador al alba o nos levantábamos el sábado a las 10:00 para ver los partidos de los Bulls de Jordan. Era una época en la que estaba fascinado por el baloncesto. De hecho, creo que nunca he disfrutado tanto con la NBA como en aquellos días. Me emocionaba con cada triple de Pippen, cada asistencia de Stockton, cada rebote de Rodman, pero sobre todo saltaba del sofá con cada "Ratatatatatata triiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiipleee", con cada "jugón", con cada "¿Por qué todos los jugones sonríen igual? Dímelo Daimiel, dímelo" del amigo Montes. Nunca rebobinaba los comentarios de los tiempos muertos como me pasa ahora. Gracias a él y a Antoni comencé a valorar el trabajo de los periodistas deportivos, comencé a darme cuenta de que no daban igual unos que otros y que los grandes te podían divertir hasta en los partidos mas aburridos. Escuchaba con atención cada conversación entrañablemente intrascendente que mantenían sobre cine, sobre música, y sobre los temas mas pintorescos que se les pasaban por la cabeza. Gracias a él recuerdo a jugadores como Luc Longley, aquel ala-pívot australiano que jugaba en Chicago al que Andrés llamaba "Cocodrilo Dandee" o a Rick Smith ese holandés de buena mano que jugaba en los Indiana Pacers al que llamaba "El tulipán blanco". Gracias a él no puedo olvidar aquella final del 98 en la que Jordan se corono antes los ojos de Stockton y Malone y del mundo. Gracia a él O'Neill siempre será del consejo de administración de los "Gepeto Brothers".

Me gustaban sus excentricidades, sus pajaritas horteras, sus gafas redondas, su cabeza afeitada, su pinta de dandi. Me gustaba aquella vitalidad que transmita y contagiaba.Tenia la magia de la gente especial, de la gente irrepetible. Era un tipo entrañable. Uno de esos que te gusta que paseen por el mundo.

Va por ti, Andrés Montes, y porque la vida puede seguir siendo maravillosa. Aunque un poquito menos sin un jugón como tú comentando el baloncesto.
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P.D.1 Después de colgar este post mi hermano me ha puesto en el tuenti este link de un articulo de Santiago Segurola, en el que está tan sensacional como siempre y sigue demostrando que es sin duda el mejor periodista deportivo. Aún no sé que cojones hace en el marca con el talento que tiene escribiendo. Aprovecho para recomendarlo:
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P.D.2 Sigo recopilando buenos articulos sobre Andrés, aquí habla Antoni sobre él:

3 comentarios:

  1. Una vez mas...una entrada perfecta.
    seguire siendo fan de vuestro blog jeje
    un besitooo

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  2. la verdad esq pasamos grandes ratos con el. creo q nunca disfrutare tanto de la NBA q cuando poniamos el despertador a las 3 y saltabamos con los mates de ET

    mi entrada esta en proceso, asik ves mirando por si acaso la cuelgo.

    y en el fondo aunq te vacilo siempre suelo ser tu primer lector capuyo!

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  3. soy ciri
    pero hugo caxo d entrada!!!! estas exo un jugón, si casi m emociono jeje

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